Sanatorio. Rebeca Khamlichi
Las depresión es que te pique su sombra después de haber matado a la araña. 18
Así que a la sensación de culpabilidad por haber querido matarme y a la de frustración por no haberlo conseguido, había que sumarle la de vergüenza. 28
Una depresión es una guerra civil en la que tú eres el enemigo. Treinta y tres
Decidieron ingresarme en un psiquiátrico. Acetair voluntariamente si me dejaban leer en tripadvisor las opiniones de los clientes 48
LOS OTROS. En el sanatorio había una reja que partia el hospital en dos y que servia para separar a unos enfermos de otros. Con los otros nunca nos juntá- bamos, nunca nos cruzábamos, nunca nos hablábamos, nunca nos vela mos sin la reja de por medio. Los otros ni siquiera comian con nosotros. Nunca supe si los peligrosos eran ellos o nosotros. Cincuenta y seis
La ansiedad es omnívora: lo devora todo. La ansiedad se alimenta de las ilusiones, de la alegría, de las ganas, de la motivación, de la iniciativa. La ansiedad se come tu empatía, tu simpatía, tu educación. La ansiedad es un rayo paralizante. La ansiedad olvida la palabra gracias y las palabras por favor y las palabras te quiero. La ansiedad también es carroñera: se mete en tu cerebro en busca de tus despojos.59
Las cotorras argentinas son una especie invasora, muy perjudicial para el ecosistema. Pero también son hermosas. Si aquello era una metáfora de algo, nunca ha llegado a descifrarla. 75
La vida me la tiene jurada punto pero yo a ella también… 90
Cuando por fin salí del sanatorio lo primero que quise fue hacerme un tatuaje. Quería uno que recordara la fecha de mi intento de suicidio lo afortunada que era de seguir con vida: I’m lucky 1208 … Dos días después de hacerme que el tatuaje traté de cortarme las venas.
Leí en algún sitio que la vida es una maleta extraña: cuanto más vacía está, más pesado 126
Este libro lo escribí y dibujé mientras entraba y salía de instituciones psiquiátricas, y bajo las limitaciones de una severa medicación que me hacía complicado hilar las ideas y hasta sujetar el lápiz en la mano. El pulso dubitativo de los dibujos es prueba de ello.»
Cuenta que ella estaba absolutamente desesperada y deprimida y que su psiquiatra estaba convencido de que iba a poder sacarle de aquella cima de abatimiento punto que si hubiera tenido que apostar hubiera apostado por él de ella punto y dice «desafortunadamente en el juego». Eso implica que es desafortunada en amores cuando está narrando como tiene unas amigas que la sostienen y un ex novio que la sostiene un montón a pesar de que ya ha terminado su relación. Eso es claramente amor